OBA (Optical Brighteners Agent) es el término inglés que designa a los blanqueadores ópticos.

Los blanqueadores ópticos son agentes químicos que se utilizan muy a menudo en los papeles fotográficos (por ejemplo, papeles RC). Éstos se incorporan al revestimiento y a veces a la propia base del papel. La función de los blanqueadores ópticos es blanquear artificialmente un papel.

Funcionamiento:
El ojo humano solo percibe una ínfima parte de los rayos electromagnéticos de la luz, expresados en longitud de onda (nanómetros). Esta parte se denomina espectro visible y se sitúa entre 380 nm (límite del ultravioleta) y 780 nm (límite del infrarrojo). Los blanqueadores ópticos son moléculas que absorben los rayos electromagnéticos entre 300 y 400 nm (que, por tanto, están fuera del espectro visible) y los transmiten al espectro visible entre 400  y 500 nm (hacia el azul). Este fenómeno se denomina fluorescencia.
Las fibras naturales de celulosa (omnipresentes en la fabricación del papel) tienden a absorber los rayos en los azules y, por tanto, poseen un aspecto amarillento. De este modo, un agente blanqueador "compensará" artificialmente esta pérdida en la gama (dado que el azul y el amarillo al ser complementarios, se neutralizan).
Así, el papel parecerá más blanco y más luminoso debido a su efecto fluorescente.

Inconvenientes:
Los blanqueadores ópticos pueden sufrir una degradación de sus propiedades de fluorescencia, haciendo que el papel pierda su "blancura" inicial y recupere su color natural.
Otro aspecto negativo a menudo poco conocido o ignorado está relacionado con la colorimetría. De hecho, resulta más difícil controlar eficazmente el resultado de determinadas imágenes en papeles más o menos blanqueados.

Para Canson®, la blancura de sus papeles es muy importante, por ello favorece el uso de pigmentos naturales en lugar de blanqueadores, de manera que el color del papel que usted ve al comprar se mantenga con el paso del tiempo (en función de las condiciones normales de uso).


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